vimos nacer las estrellas
y el fin de una era
fuimos el agua de joroba
que bautizo la cautela
todas mis palabras amanecen rotas
en la mañana de tu muerte
y así entiendo que ni las palabras
ni las personas viven para siempre
sentimos la gravedad tropezar
y a la verdad dispersar
fuimos despertando dudas
que parecían tragedias
no hay nadie en los bosques de plata (solo frutos de oro)
derivo reverso de un mimo perverso
y llego a ver una orilla negra
colgada, pendiente de una laguna dorada
mi abrazo fraterno eterno amigo
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